Coctelería

Historia y Elaboración del Whisky

LA HISTORIA DEL WHISKY

El whisky (del gaélico escocés: uisge-beatha), whiskey (del irlandés: uisce beatha o fuisce), wiski o güisqui es una bebida alcohólica obtenida

por la destilación de la malta fermentada de cereales como cebada, trigo, centeno y maíz, y su posterior añejamiento en barriles de madera,

tradicionalmente de roble blanco.

El primer escrito sobre el whisky data de 1405 en Irlanda, donde era destilado por los monjes. También fue mencionado en Escocia en 1496.

Sin embargo, se creía que el whisky ya existía desde hacía varios cientos de años, pero cuándo y dónde fue destilado por primera vez es

desconocido y, debido a la poca documentación existente, el origen de la bebida es incierto.

ELABORACIÓN

El primer paso es el malteado de la cebada que luego es trasladada a tambores o recipientes industriales de gran capacidad donde se deja

germinar. Al germinar el cereal, el almidón de la cebada se convierte en azúcar (de donde luego se sacará parte del alcohol en la destilación).

Una vez germinada, la cebada se seca en hornos mediante el humo de turba (carbón vegetal que además le da aroma a la malta), dicho

proceso dura tres días. La cebada germinada toma color oscuro, típico del caramelizado por acción del calor, y es cuando podemos hablar de

la malta como tal.

A continuación la malta seca y tostada es molida y se mezcla con agua caliente en un tanque. Este mosto se pasa a cubas donde se dejará

fermentar tres días a 33°. De ahí se pasa a la destilación: El wash (wort fermentado) se destila dos veces, en alambiques pot still y spirit still.

De la primera destilación en pot still obtendremos un llamado low wine de 25-30°, y al destilarse por segunda vez, obtendremos un whisky de

60°-70°.

Cada tipo de whisky utiliza un tipo de madera en el barril. En el caso de los whiskies de malta, los barriles han de ser de roble y que

anteriormente hayan contenido vinos de Jerez o Bourbon. La edad varía dependiendo de la denominación, destilería y propósito. La madera

del barril aporta aroma, taninos y sabor, como en el caso de los vinos, y en la mayoría de casos, se regula el color del producto mediante

adición de caramelo.

Los whiskies no maduran en la botella, solo en el barril, por lo que la edad de un whisky es el tiempo entre destilación y embotellamiento.

Para la elaboración de whiskies premium se utilizan algunas de las barricas más únicas que existen y que son seleccionadas a mano, elegidas

por su gran calidad, carácter y sabor y que dan lugar a whiskies únicos.

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