Limpiar un decanter correctamente es fundamental para conservar su transparencia, evitar olores y asegurar que no interfiera con la experiencia del vino. A continuación, te explicamos cómo hacerlo, paso a paso:
1. Enjuague inmediato
Después de usar el decanter, enjuagalo con agua tibia apenas se vacíe. No dejes que el vino repose demasiado tiempo, ya que puede manchar el cristal o dejar residuos difíciles de remover.
- Tip: girá el decanter suavemente mientras lo enjuagás para que el agua llegue a todas las paredes interiores.
2. Nada de detergente
Evitá el uso de jabones o productos de limpieza tradicionales. Estos pueden dejar residuos aromáticos que afectarán los aromas del próximo vino que decantes.
- En su lugar, podés usar una mezcla de agua tibia + un chorrito de vinagre blanco para desinfectar y eliminar olores.
3. Remover residuos secos o manchas
Si quedaron restos de vino seco o manchas en el fondo:
- Agregá al decanter una mezcla de:
- Agua caliente (no hirviendo)
- 1 cucharada de bicarbonato de sodio
- Opcional: unas gotas de vinagre blanco
- También podés incorporar sal gruesa, que funciona como un abrasivo suave: al girar el decanter con esta mezcla, la sal ayuda a “erosionar” las manchas sin dañar el cristal.
- Dejá actuar 10–15 minutos y luego enjuagá bien con agua limpia.
4. Limpieza profunda con esferas o cepillos especiales
Si el cuello es estrecho y no podés acceder fácilmente al interior, usá alguno de estos métodos:
- Esferas de limpieza de acero inoxidable: se colocan en el interior junto con un poco de agua, y se giran suavemente para desprender residuos adheridos.
- Cepillo de cerdas suaves para decanter: ideal si tenés acceso al interior. Asegurate de que sea apto para cristal.
5. Evitar manchas de vapor y secado correcto
Una de las manchas más comunes no proviene del vino, sino del vapor que se genera durante el lavado. Para evitarlo:
- En el último enjuague, llená el decanter completamente con agua hasta el borde.
- Luego, volcá toda el agua de forma totalmente vertical (no en ángulo). Esta acción ayuda a que no queden gotas de vapor adheridas al interior.
- De inmediato, colocá un torniquete de papel en la boca y dejá el decanter boca abajo, apoyado en un soporte que permita la circulación del aire.
Consejo final:
Guardá el decanter en un lugar seco, lejos del polvo. Si no lo usás con frecuencia, enjuagalo antes de cada uso para asegurarte de que no haya olores o impurezas acumuladas.
